Inspiraciones
Llevo ya un rato con el papel blanco, mirándome fijo, intentando intimidarme con un "¿a que no te atreves?"... Confieso que casi lo consigue, sí, casi se sale con la suya de evitar mi escritura por esta noche. Pero no. Las cosas son como son y no puedo permitirme el lujo de dejar de escribir cuando tengo la oportunidad. Adoro este regalo divino que me permite llegar al corazón de las personas. Poco me importa que se lea el blog o que me escriban comentarios; no lo hago por "la gloria", sino porque es una necesidad vital, porque me rebosa la vida, el amor y las ganas de contar y cantar a los cuatro vientos todo aquello que mi corazón late y todas aquellas cosas que pintan de color mi existencia.
El gris está desterrado de mi vida. No. Ni una sola vez más. Todo tiene una luz nueva, brilla, es mediodía incluso cuando mi amada Selene está luciendo con más fuerza y grandeza. Es así la realidad de mi existencia: la luz entra a raudales y sale del mismo modo, porque he dejado que Él sea el dueño absoluto de mi alma, mi vida y mi existencia.
Hace mucho tiempo, no recuerdo siquiera cuánto, oí una conversación o tal vez la leí. El cuándo y el dónde es lo de menos en esta historia. Lo importante fueron las frases que escuché entre una persona que expresaba su fe, y otra -no creyente- que le preguntaba qué pasaría si cuando muriese, no hubiese esa otra vida en la que creía. "Si no hay otra vida, no me importaría, porque habría sido feliz en ésta". Yo opino de la misma forma. Ahora mismo, 18 de agosto de 2019, me declaro feliz como nunca habría soñado que pudiera ser; absolutamente en paz conmigo misma y con todo lo que ocurre a mi alrededor. Gracias a Dios, he aprendido a vivir con ésta que escribe y toda su historia personal, con lo bueno y lo malo, con todas las cosas que surgen a cada instante.
"I'm yours", canta ahora Jason Mraz (una canción preciosa, alegre, fresca y divertida) y también la canto yo con él, más bien casi llevo el ritmo con las teclas. Es tan divertido encontrarle el ritmo a la vida y bailar a su son, que es del todo imposible no ser feliz viviendo, cantando lo bueno que es estar vivos, mirar alrededor y ser consciente de que se puede cambiar el mundo, pero empezando por uno mismo porque no hay otra manera. Desengáñense, nadie cambia si no siente la necesidad interior de hacerlo; a nivel mundial ocurre lo mismo, si nos limitamos a quejarnos de lo mal que está todo y no nos ponemos a arreglar lo que tenemos más próximo, jamás cambiará nada. Es de menor a mayor, de dentro hacia fuera, no va a venir por ciencia infusa ni tampoco existe varita mágica ni hechizo para que todo se arregle de golpe. Cada uno en su parcela debe hacer su tarea, porque nadie la hará por él y, además, si él no se encarga de ello, se quedará sin hacer.
En fin, la noche se va cerrando y el calor sigue apretando en mi preciosa y bendita ciudad mientras Ed Sheeran me pregunta si aún le amaré cuando él tenga 70... Supongo que, si estoy viva para entonces y él sigue haciendo esas canciones tan buenas, es posible que le siga amando. Pero también yo estoy pensando en voz alta.
Buenas noches, mundo.
El gris está desterrado de mi vida. No. Ni una sola vez más. Todo tiene una luz nueva, brilla, es mediodía incluso cuando mi amada Selene está luciendo con más fuerza y grandeza. Es así la realidad de mi existencia: la luz entra a raudales y sale del mismo modo, porque he dejado que Él sea el dueño absoluto de mi alma, mi vida y mi existencia.
Hace mucho tiempo, no recuerdo siquiera cuánto, oí una conversación o tal vez la leí. El cuándo y el dónde es lo de menos en esta historia. Lo importante fueron las frases que escuché entre una persona que expresaba su fe, y otra -no creyente- que le preguntaba qué pasaría si cuando muriese, no hubiese esa otra vida en la que creía. "Si no hay otra vida, no me importaría, porque habría sido feliz en ésta". Yo opino de la misma forma. Ahora mismo, 18 de agosto de 2019, me declaro feliz como nunca habría soñado que pudiera ser; absolutamente en paz conmigo misma y con todo lo que ocurre a mi alrededor. Gracias a Dios, he aprendido a vivir con ésta que escribe y toda su historia personal, con lo bueno y lo malo, con todas las cosas que surgen a cada instante.
"I'm yours", canta ahora Jason Mraz (una canción preciosa, alegre, fresca y divertida) y también la canto yo con él, más bien casi llevo el ritmo con las teclas. Es tan divertido encontrarle el ritmo a la vida y bailar a su son, que es del todo imposible no ser feliz viviendo, cantando lo bueno que es estar vivos, mirar alrededor y ser consciente de que se puede cambiar el mundo, pero empezando por uno mismo porque no hay otra manera. Desengáñense, nadie cambia si no siente la necesidad interior de hacerlo; a nivel mundial ocurre lo mismo, si nos limitamos a quejarnos de lo mal que está todo y no nos ponemos a arreglar lo que tenemos más próximo, jamás cambiará nada. Es de menor a mayor, de dentro hacia fuera, no va a venir por ciencia infusa ni tampoco existe varita mágica ni hechizo para que todo se arregle de golpe. Cada uno en su parcela debe hacer su tarea, porque nadie la hará por él y, además, si él no se encarga de ello, se quedará sin hacer.
En fin, la noche se va cerrando y el calor sigue apretando en mi preciosa y bendita ciudad mientras Ed Sheeran me pregunta si aún le amaré cuando él tenga 70... Supongo que, si estoy viva para entonces y él sigue haciendo esas canciones tan buenas, es posible que le siga amando. Pero también yo estoy pensando en voz alta.
Buenas noches, mundo.
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