Aniversarios

Hoy tengo a la Musa sentada a mi lado. Ya van tres con este -por ahora- y de los tres, el que ahora inicio es un regalo. No es la primera vez que hago algo así porque creo que es mucho más personal "escribir a la medida" que cualquier cosa que se pueda comprar. Además, este regalo tiene que recorrer muchos kilómetros hasta que llegue a su destino y la vía cibernética es la más rápida hasta ahora.
Hoy he tenido la suerte de compartir dos aniversarios: un cumpleaños, que ha sido puntualmente cantado y celebrado, y un aniversario de boda, que lo ha sido sólo a medias. La feliz y radiante esposa estaba conmigo y ciento y pico personas más, clausurando el Simposio de Derecho Canónico. Se trata de una chica casi nueva en estos temas, pero que desde el primer día nos robó el corazón a todos: alta, guapa, sonrisa permanente y una dulzura en la mirada y en el tono de voz como he conocido pocas. Hoy hace once añazos que decidió entregarse para siempre a su esposo, un afortunado mortal que tiene la dicha de compartir sus días y sus noches con ella y los dos preciosos hijos que el Señor les ha regalado.
Es una verdadera dicha comprobar cómo el amor sale por los ojos de quien está enamorado de verdad y te cuenta lo feliz que es, lo que echa de menos a su marido, mezclado con la última trastada del peque o la última observación inquisitiva de la otra.
Y es que el amor es así: se puede dar de muchas formas, según el amante y el amado. El amor conyugal es, a mi juicio, el mayor exponente de entrega total y absoluta a una persona, un verdadero salto de fe a la profundidad de unos ojos que nos miran fijamente, sin paracaídas y sin mirar atrás.
"Yo, te acepto a ti como esposo y me entrego a ti como esposa", la fórmula del consentimiento matrimonial. Sólo analizarla despacio ya da respeto, porque las implicaciones son tremendas: aceptar al otro en su totalidad, su antes, su durante y su después, lo bueno y lo malo, sus horas alegres y sus tristezas, y todo eso antes de entregarnos también por entero a él, con todo nuestro equipaje de sueños, ilusiones y también con todo lo que menos nos gusta de nosotros mismos. Tarea de valientes, como dice el Papa Francisco. Sí, de muy valientes diría yo, sobre todo en los tiempos que vivimos ahora.
Por eso, cuando alguien me dice con una sonrisa casi de adolescente enamorada de su chico: "mañana es mi aniversario" y casi se ruboriza al decirlo, no puedo menos que contestarle por escrito. Porque se lo merece. Porque una mujer así de enamorada me provoca una emoción y una acción de gracias a Dios por haberla puesto en mi camino ahora, cuando mi vida es nueva a estrenar después de mucho tiempo. Porque cuando se ama de verdad, nunca se te quita esa expresión de la cara...
Suena ahora mismo "I can't take my eyes out of you" y es la mejor manera de expresar lo que ahora mismo siento, porque tengo su imagen de anoche en mi retina, mirándome, con una ilusión casi de novia que se va a casar, haciendo gala de sus años ya vividos y ansiosa por llegar a casa. Tampoco puedo quitar mis ojos de ti, querida amiga, me encanta verte feliz. Te lo mereces. Disfruta de tu día especial y recuerda que siempre estarás en mi corazón.
Que Dios os bendiga hoy y siempre.

Comentarios

Entradas populares