A different corner

Así se titula una de mis canciones favoritas de George Michael. Una esquina distinta, quizás así no nos habríamos conocido y no me habrías roto el corazón en mil pedazos, viene a decir la letra de la canción. Una canción de desamor profundo, de alma rota que tiene miedo a volver a enamorarse de alguien por si acaso se repite la historia y termina aún peor que la primera vez.
No es esa mi opinión, quizá también porque es una idea que me han intentado inculcar a mazazo limpio, intentando también cambiar mi más profunda forma de ser. No. No pienso cerrarme ni obligarme a mirar antes de doblar una esquina, no vaya a ser que...
Lo grandioso, lo hermoso del amor, de enamorarse de alguien, es esa ilusión, ese gozo inefable que te inunda cuando llega la hora de verle o cuando, por azar, te topas con él. Ese sentimiento que te hace ver el mundo mejor, que hace posibles todas las cosas. Gracias a Dios que esa "enajenación mental transitoria" se diluye con el tiempo y empiezas a darte cuenta de que ese hombre tiene algún defectillo al principio, y luego, directamente, ya ves de qué pie cojea y cómo se va destiñendo aquel príncipe azul que te rescató de tu alta torre... Para tranquilidad propia, también el "príncipe" se va dando cuenta de todos los rasgos de "bruja malvada" que tiene una, escoba incluida.
Y es entonces, justo entonces, cuando aparece el amor de verdad, cuando, con los ojos plenamente abiertos, conocedores de los defectos, manías y particularidades (digámoslo así) del otro, le quieres tal cual es, con sus pros y sus contras, con todo lo que fue, es y será. Si eso es así, enhorabuena, porque ese amor es el del bueno, del que te puede llevar a compartir vida, proyectos y familia con él.
A different corner, preciosa canción, preciosos versos y también la música de un artista irrepetible al que seguí en mi juventud, allá por los lejanos años 80 y 90, cuando era estudiante y quería comerme el mundo y ser una estupenda profesora de instituto...
A different corner tenía preparada el Señor para mí, porque hoy, taitantos años después, en el día de mi cumpleaños, miro atrás y veo muchas cosas, pero no una plaza de docente en un instituto. Y no creo que mi carrera no me haya servido para nada, todo lo contrario. Gracias a haber estudiado Filología Clásica he conseguido una cultura y una capacidad de leer todo lo que cae en mis manos y que mi inquietud por aprender y conocer más y más (con la que mi bendita madre me trajo al mundo) se haya desarrollado exponencialmente. Estoy utilizando -que no enseñando- el latín en mi trabajo día sí y día también y, lo más importante, mi vocación de entrega y de ayudar a los demás enseñando a pensar, a conocer y a ver las cosas con amplitud de miras se está realizando al mil por cien. No digamos ya el poder hablar de Dios a todo el que se me acerca por el despacho, poder contarles la maravilla de ser y saberse hijos de un Dios que nos ama con el más absoluto y puro amor.
Las cosas del Señor, sus sorpresas diarias que cada día me hacen más consciente de su amor por mí, me hacen entender ahora porqués añejos, estudios elegidos, amigos que se cruzaron en mi camino y aún perduran a mi lado (un mensaje de voz de whatsapp desde el recreo del instituto me lo ha corroborado esta misma mañana, cantándome el "cumpleaños feliz"); la realidad laboral que tengo ahora, a pesar de los cambios, de los problemas que han traído consigo y del nuevo camino que he empezado a transitar, y que tiene más baches de lo que yo pensaba, me hacen descubrir cada día un milagro nuevo, una aventura nueva junto a Él; me lo encuentro en cada esquina que doblo. Allí está, con su amplia sonrisa, mirándome, divertido, viendo cómo me las apaño para sortear las mil y una historias del día a día de mi vida. Sí, se ríe; estoy convencida que le hago dar hasta carcajadas por los percances que suelo tener dentro y fuera del trabajo; sobre todo cuando me equivoco y yo misma me digo cualquier tontería... Yo lo miro y Él me mira; yo le amo y Él me ama aún más, infinitamente más. Cada día, cada instante, cada momento su Amor ilumina mi alma. Y no puedo hacer otra cosa que darle las gracias y amarle más cada vez.

Comentarios

Entradas populares