True colors
Es el título de una preciosa canción que he escuchado esta tarde. Pertenece a la banda sonora de Trolls y me ha servido para reflexionar sobre este jueves que se termina...
True colors de cariño compartido en familia, de las fatiguitas que conlleva a veces mi trabajo y que, afortunadamente y siempre, siempre, siempre gracias a Dios, terminan en sonrisas o en risas.
Mañana de trabajo, de debates jurídico - frenéticos entre aquellos que de verdad me quieren y me demuestran que son capaces de partirse la cara por mí. Mañana de recuerdos de días vividos lejos, de compartir mesa, mantel y ponencias... ¡ay, esas costillas! ¡esas rabas! ¡no me las recuerdes, que me pongo malo! Risas cómplices de momentos disfrutados por tres hermanos sin adn.
Mañana de señalamientos, agendas, decretos y mucho, mucho aprender en este hermoso mundo del derecho canónico, al que cada vez amo más (casi tanto como a la filología que llevo en mis venas).
Almuerzo de familia creada al amparo de Dios y de su santa voluntad: Él nos hizo coincidir hace muchos años a dos de nosotros y a la tercera me la presentó él, mi primer profesor de derecho, desvelado siempre por mí y por mi bienestar. Tras un paréntesis de muchos años, felizmente recuperado y de nuevo junto a mí, aunque con remiendos, pero con una cabeza muy bien amueblada y, lo que es más importante y esencial para nuestra tarea, con un corazón en el que cabe todo aquel que se le acerque, sea como sea. Que Dios lo bendiga siempre.
Y también con ella, con mi alter ego, mi complemento perfecto, a la que ahora me unen muchas más cosas que hace tan sólo un año. La que ha estado a mi lado en el peor momento de mi vida y me ha demostrado la fuerza que puede llegar a tener una mujer defendiendo a su amiga del alma. Me has dado muchas lecciones, amiga, más de las que te puedes imaginar. Que Dios te bendiga siempre y que podamos ejercer muchos años juntas.
Mañana de oración por la pérdida de un buen hombre, mejor dicho, un hombre bueno que estoy segura que ya está ayudando a su familia desde el cielo. Querido Antonio, espero que ya estés con tu hijo, y que los dos veléis por los que se han quedado aquí; hoy envueltos en el ajetreo de familiares y amigos que hemos querido estar con ellos un rato y mañana, cuando sean de verdad conscientes del enorme hueco que has dejado en sus vidas, en nuestras vidas. Descansa en paz y vela por los tuyos.
True colors, colores reales, verdaderos, auténticos como sólo los tiene el amor verdadero, ese que puede renovar el mundo, ese que nace en lo más hondo del corazón y que siempre acaba bien, porque es el que nos lleva hasta Dios.
True colors de cariño compartido en familia, de las fatiguitas que conlleva a veces mi trabajo y que, afortunadamente y siempre, siempre, siempre gracias a Dios, terminan en sonrisas o en risas.
Mañana de trabajo, de debates jurídico - frenéticos entre aquellos que de verdad me quieren y me demuestran que son capaces de partirse la cara por mí. Mañana de recuerdos de días vividos lejos, de compartir mesa, mantel y ponencias... ¡ay, esas costillas! ¡esas rabas! ¡no me las recuerdes, que me pongo malo! Risas cómplices de momentos disfrutados por tres hermanos sin adn.
Mañana de señalamientos, agendas, decretos y mucho, mucho aprender en este hermoso mundo del derecho canónico, al que cada vez amo más (casi tanto como a la filología que llevo en mis venas).
Almuerzo de familia creada al amparo de Dios y de su santa voluntad: Él nos hizo coincidir hace muchos años a dos de nosotros y a la tercera me la presentó él, mi primer profesor de derecho, desvelado siempre por mí y por mi bienestar. Tras un paréntesis de muchos años, felizmente recuperado y de nuevo junto a mí, aunque con remiendos, pero con una cabeza muy bien amueblada y, lo que es más importante y esencial para nuestra tarea, con un corazón en el que cabe todo aquel que se le acerque, sea como sea. Que Dios lo bendiga siempre.
Y también con ella, con mi alter ego, mi complemento perfecto, a la que ahora me unen muchas más cosas que hace tan sólo un año. La que ha estado a mi lado en el peor momento de mi vida y me ha demostrado la fuerza que puede llegar a tener una mujer defendiendo a su amiga del alma. Me has dado muchas lecciones, amiga, más de las que te puedes imaginar. Que Dios te bendiga siempre y que podamos ejercer muchos años juntas.
Mañana de oración por la pérdida de un buen hombre, mejor dicho, un hombre bueno que estoy segura que ya está ayudando a su familia desde el cielo. Querido Antonio, espero que ya estés con tu hijo, y que los dos veléis por los que se han quedado aquí; hoy envueltos en el ajetreo de familiares y amigos que hemos querido estar con ellos un rato y mañana, cuando sean de verdad conscientes del enorme hueco que has dejado en sus vidas, en nuestras vidas. Descansa en paz y vela por los tuyos.
True colors, colores reales, verdaderos, auténticos como sólo los tiene el amor verdadero, ese que puede renovar el mundo, ese que nace en lo más hondo del corazón y que siempre acaba bien, porque es el que nos lleva hasta Dios.
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