All I ask of you

Más de una vez me han advertido sobre mi sensibilidad ante cualquier cosa: "...¡ay, Lola, el daño que te van a hacer!" Y sí que es cierto, que cuando recibo un golpe me resiento especialmente, pero me encanta ser así de sensible. Escuchar una canción como la que oigo ahora mismo, de El Fantasma de la Opera, y que da título a esta entrada y llorar es todo uno. Una de las más bellas declaraciones de amor y una música que le va como un guante y te transporta a ese lugar de la imaginación donde todo es posible, incluso que alguien te hable así al oído y provoque un escalofrío que te recorra por entero, haciéndote sentir en el cielo y que de ahí en adelante nada malo te va a suceder.
Todo lo que pido de ti... ¿Qué es lo que pediría de ese alguien tan especial? No lo voy a decir aquí, demasiado profundo y personal como para dar tanta pista, pero baste con recomendar que se escuche atentamente esa canción. La versión que oigo la canta la genial Barbra Streisand, que si la canción ya es de por sí hermosa, esta mujer la engrandece con ese regalo del cielo que es su voz.
El Fantasma de la Opera es una preciosa historia que siempre me ha llegado especialmente dentro; "tú eres más del fantasma", me dijo mi queridísima amiga Marina. Y lleva razón, me van los pobrecitos, los que tienen las de perder, me provocan tantísima ternura que no puedo evitar quererlos desde el principio y no recuerdo mayor "perdedor" que el fantasma, con esa sensibilidad tan exquisita para la música, sólo pareja con su mala idea para proteger a su amada de la harpía de la malvada y de un pretendiente a todas luces inferior e inmerecedor de ella; pero, al fin y al cabo, del que ella se enamora desde el principio.
Tan sensible el fantasma, tan agraciado con el don de la música, de percibir hasta lo más sensible de cada nota, de cada acorde y de cada pensamiento y sentimiento de Cristine...
All I ask of you, todo lo que pido de ti... Lo único que pedía de ella era su amor, tal y como él se lo ofrecía, incondicional, sólo le pedía que le quisiera. Reconozco que quizá la forma no fue la más adecuada y eso de secuestrar a la chica y liarla a base de bien dentro del teatro no termina de ser una buena idea; pero eso le sirvió para poder mostrarle a ella su forma de ser, su belleza y su gran mundo interior, en aquellos pasadizos en el fondo del teatro, símil del fondo del corazón del fantasma. Ese fondo en el que cada uno podemos ser nosotros mismos, sin máscaras que oculten lo que los demás consideran feo y a nosotros nos da vergüenza mostrar.
Love me, that's all I ask of you. Sólo eso. Nada más, y nada menos.

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