Boomerangs

De ida y vuelta. Así somos las personas: hoy estamos aquí y mañana... ¿quién sabe? Esta mañana lo comentaba con una persona maravillosa que entró en mi vida hace casi veinte años y que ahora, al cabo de trece, ha vuelto a formar parte de mi día a día. Curiosamente, cuando esta persona tuvo que irse por motivos de trabajo, la que ocupó su puesto de trabajo también encontró un sitio en mi corazón y se convirtió en mi mejor amigo, en mi hermano del alma. Ahora es mi hermano del alma quien "abandona el nido" y, mire usted por dónde, vuelve el otro. ¡Cosas de Dios, que no me quiere sola!
Muchas veces las decisiones que tomamos en la vida son así: un boomerang que lanzamos y que, como nos descuidemos, nos da en toda la cara. Eso ocurre cuando la decisión tomada no es del todo buena y las consecuencias no son como nos esperábamos. Otras veces, la vuelta es un retorno a casa, al hogar del que partimos y donde volvemos con la alegría del que se sabe acogido y querido por los suyos.
Quizá sería bueno pensar siempre, antes de tomar cualquier decisión trascendental, en el posible retorno del boomerang, para que no nos dé en la cabeza y luego no sepamos lidiar con las consecuencias de nuestras decisiones.
Hoy he compartido trabajo, inquietudes, planes, conocimientos, mesa y mantel con una de las mejores personas que Dios puso en mi camino; gracias a él, me paré un día a pensar qué estaba haciendo con mi vida y a dónde me dirigían mis pasos. Gracias a esa parada, a esa reflexión compartida en muchos ratos de conversaciones con él, volví a donde estaba mi lugar y fui acogida sin reservas y sin preguntas. Años después, cuando el boomerang me dio en toda la cara, él vino a socorrerme sin pensárselo dos veces y me habló como sólo los amigos que son tales lo hacen: con la verdad, a la cara y sin paños calientes... ¡Cuánto se lo agradecí!
Ahora, pocos años después, vamos a estar juntos, trabajando codo con codo, ¡cuánto voy a aprender! ¡Cuántas cosas podemos hacer! Hoy estoy de resaca de planes y de "¿qué te parece si...? ¿tú qué opinas si...?" Doy gracias a Dios por su amistad, por su cariño de padre, porque siempre está y estará a mi lado (sé que así será) y yo también estaré al suyo, que para eso sirve quererse desde hace tanto tiempo.
En cuanto a lo demás, lo dejo en manos de Dios, que él vea cómo será el retorno del boomerang. Yo estaré preparada para cuando vuelva, si es que vuelve... por lo menos contará con mis oraciones. Eso, fijo.

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