All you need is...

Famosísima canción de los Beatles, que cualquiera que haya leído el título y tenga una cierta edad, podrá completar sin esfuerzo. Sin embargo, hoy quiero hablar de lo que dice, stricto sensu, el título: todo lo que necesitas es... y yo añadiría Esperanza. No hace muchos días leí que el Papa Francisco había dicho que los cristianos tenemos una misión especial en este año y es dar esperanza al mundo. Hoy por hoy, es lo que más falta hace, porque la esperanza es lo que puede hacer cambiar a la persona. Los cristianos, sólo por el hecho de sabernos hijos amados de Dios, ya debemos estar alegres porque sabemos también que estamos en las mejores manos posibles, porque el Señor es quien cuida de nosotros.
Estaba leyendo una cita de S. Juan Pablo II en un libro, de la homilía que tuvo en el Jubileo de los Jóvenes, en Tor Vergata, en el año 2000 y no me resisto a transcribirla: "(Cristo) se nos da porque nos ama. Él nos ama a cada uno de nosotros de un modo personal y único en la vida concreta de cada día: en la familia, entre los amigos, en el estudio y en el trabajo, en el descanso y en la diversión. Nos ama cuando llena de frescura los días de nuestra existencia y también cuando, en la hora del dolor, permite que la prueba se cierna sobre nosotros: también a través de las pruebas más duras, Él nos hace escuchar su voz. Sí, queridos amigos, ¡Cristo nos ama y nos ama siempre! Nos ama incluso cuando lo decepcionamos, cuando no correspondemos a lo que espera de nosotros. Él no nos cierra nunca los brazos de su misericordia. ¿Cómo no estar agradecidos a este Dios que nos ha redimido llegando hasta la locura de la cruz?"
Pocos comentarios... S. Juan Pablo II tenía el don de llevarnos directamente hasta Dios con sus palabras, desde aquel "¡No tengáis miedo! ¡Abrid las puertas a Cristo!", hasta sus últimas palabras no habladas por su voz, sino por su presencia, doblado por la enfermedad, pero en pie y vigoroso, abrazado a la cruz, dando testimonio de que Dios estaba con él y de que él no iba a bajarse de esa cruz que era su enfermedad.
Esperanza, es lo último que se pierde según dice el refrán, también es lo único que quedó dentro de la caja de Pandora, cuando ésta -curiosa ella- la abrió, a pesar de las advertencias en contra.
Esperanza es lo que nos da Cristo desde la Cruz, porque sabemos que gracias a su entrega hasta el final, estamos salvados y que, como oigo con frecuencia a mi párroco, el mal y la muerte tendrán muchas penúltimas palabras, pero la última de todas es de Dios, y Él nos ama hasta lo indecible, así que, ¡no tengáis miedo! Cristo ha vencido al mundo.

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