La luna

Un escalofrío me ha recorrido entera cuando te he visto esta noche. Tenías un velo que te difuminaba ese brillo blanco, frío como la traición de un amigo...
Luna redonda, grande, con un amplio cerco de neblina, nubes en torno te rendían tributo de muerte, de pasión, de entrega total y de sumisión...
Es tiempo de las tinieblas, las que envolverán la tierra en ese día que en que se quedará sin Dios.
Terremotos, rayos, truenos, toda la creación se estremece ante la muerte del Hijo del Creador.
Cae víctima del Amor, de la Entrega total y absoluta, desinteresada por mí.
"Al menos tú y yo sufrimos castigo por nuestras culpas, pero este no ha hecho nada malo".
¡Que gran verdad!
Noche de olivos, de luna grande y redonda, en un huerto donde ni siquiera los más cercanos pudieron resistir una hora en vela junto al Amigo.
Donde todos huyeron, incluso perdiendo la ropa por el camino, y lo dejaron solo...
Tan solo, que incluso renegaron hasta por tres veces de él. ¿Y yo, Señor? ¿Cuántas veces lo he hecho y lo haré? Y luego, esa mirada tuya, ¿cómo describirla? ¿cómo describir ese amor compasivo, ese fuego purificador del corazón que traspasó a Pedro?
¡Cuántos Pedros! ¡Cuántas negaciones a lo largo del día!
¡Cuánto perdón derramado, concedido, entregado gratis desde el Padre a través de ti, Señor!
¿Perdón? ¡Más que eso! Porque excusaste a los que te mataban: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen".
Perdónanos, porque no sabemos lo que hacemos la mayoría de las veces. Necesitamos tanto tu perdón, sentirnos perdonados por Ti, ¡enséñanos a perdonar y a perdonarnos a nosotros mismos!
Sólo la experiencia de sentirse redimido por ti es capaz de hacernos cambiar, de bajarnos de nuestra propia soberbia, de la prepotencia que nos puede cada día, y hacernos humildes (humus = tierra).
Redímenos, Señor, y enséñanos a vivir con ello, a ser conscientes de que Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida.

Comentarios

Entradas populares