Los móviles

Tranquilos, no voy a ponerme a hablar de teléfonos, sino de otro significado de la palabra “móvil”: motivo, razón, causa, fundamento. Quiero comenzar con una pregunta que oigo muy a menudo en mi trabajo: “¿por qué razón se casó usted?” Se le hace habitualmente a los esposos que han solicitado la declaración de nulidad de aquel matrimonio que contrajeron un día, quizá con mucha ilusión, pero puede ser que sin ningún fundamento.

¿Por qué se casó usted con él, o con ella? Muchos se quedan callados. No se esperan esa pregunta, pero aún menos no tener respuesta. Ojalá sus caras pudieran quedar grabadas junto con sus declaraciones en las actas del proceso judicial. Dicen mucho más que sus palabras. Es posible que el paso del tiempo haya empañado u ocultado esa profunda razón que un día les llevara a contraer matrimonio, pero también es posible que no hubiera una razón con fundamento que les llevara a contraer matrimonio.

Tras la primera reacción, se contesta, por ejemplo: “Es que mis amigos se estaban casando, y como todo el mundo lo hacía...”, o bien: “Es que ya eran tantos años de novios, que lo lógico era casarse”. ¿Lógico? ¿De verdad cree usted que es “lógico” dar un paso como el matrimonio sin ser consciente de lo que se va a hacer? ¿Sin caer en la cuenta de que va a compartir toda su vida con una persona a la que –quizá- ni siquiera conoce lo mínimo suficiente como para pasar toda la vida con ella?

En otros casos, la razón para casarse era porque así, “seguro que se acababan los problemas” y la relación mejoraba. Sin comentarios. El matrimonio es un sacramento, no es magia, ni un seguro anti-problemas. No desaparecen las dificultades por arte de birlibirloque una vez que se contrae matrimonio. Si un noviazgo está marcado por las discusiones, mejor es buscar solución antes de casarse. Si se encuentran, estupendo; pero si no se arregla, mejor es cortar la relación antes de crear un problema aún mayor casándose. El matrimonio es un asunto muy serio y que implica a dos personas, no perdamos nunca eso de vista: si uno no está muy seguro del paso que va a dar, primero que piense en el otro, en no hacerle daño y plantear las cosas con claridad, pero con caridad, tal y como son.

¿Qué móviles deben llevarnos a contraer matrimonio? Muy sencillo: estar profunda y completamente enamorado del otro, asumiendo que el matrimonio es la unión para toda la vida de un hombre y una mujer, cuyos fines son el bien de la pareja y el bien de los hijos (tenerlos y educarlos después); que esa unión tiene una serie de derechos y de obligaciones para con el otro; que se trata de un sacramento, de un encuentro personal con Cristo, que será el principal invitado a nuestra boda y para el resto de nuestra vida; y que lo hacemos libre y voluntariamente, siendo conscientes de esta verdad y también de que vamos a casarnos con una persona concreta, con lo bueno y con lo malo. Sólo eso, ni más ni menos.

Y usted, ¿por qué se casó?

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